sábado, 3 de enero de 2009

PIDO PERDON



Yo no quiero ver, lo que he mirado

a través del cristal de la experiencia,

el mundo es un mercado…

donde se compran honores,

voluntades, y conciencias.

¡ Amigo ! es mentira¡ No hay amigos !

La amistad verdadera es ilusión,

ella cambia, se aleja y desaparece

con los giros que da la situación.

Amigos complacientes

solo tienen los que disfrutan

de ventura y calma

pero aquellos que se abate el infortunio

solo tienen tristeza en el alma.

Si estamos bien, nos tratan con amor

nos invitan, nos adulan,

más si acaso caemos

francamente solo por cumplimiento nos saludan

El que nada atesora nada vale

y en toda reunión pasa por necio

y por más noble que su hechos sean

lo que alcanzan, es la burla

y el desprecio.

En este laberinto de la vida

donde tanto domina la maldad

todo tiene un precio estipulado:

"el amor, el parentesco y la amistad".

Lo que brilla no más tiene lugar

aunque brille por oro, lo que es cobre.

Lo que no perdonamos en la vida

es el gran delito de ser pobre.

Nada en el mundo es perfecto

puro y sano,Todo se haya a lo impuro entremezclado

el mismo corazón por ser tan noble,

¿cuantas veces no se encuentra enmascarado?

Existe la virtud, yo no lo niego

pero siempre en conjunto defectuoso

hay rasgo de virtud en el malvado

y rasgo de maldad en el virtuoso.

La estupidez, el vicio y hasta el crimen

podrán tener supuestos señalados,

las llagas del defecto no se ven

si las cubre un diamante bien cortado.

Y a nadie podré herir con lo que digo,

porque ceñida a la verdad estoy

me dieron hiel y veneno,

veneno y hiel en recompensa doy.

Y si peco en las palabras toscas

de estas líneas oscura y sin nombre,

doblando mis rodillas en el polvo

pido perdón a Dios…y no a los hombres.


YA NO ESTAS ABUELA...




¡Si vivieras, abuelita,

podría contarte tantas cosas!...

Me haría niñapara recostarme en tu regazo,

y, sintiendo tu manosobre mi cabeza,

te hablaría de mis penas y fracasos.

Entre frase y frase,lloraría a ratos;

y tú, con tus tiernas manos,

sabrás enjuagar dulcemente

mi sentido llanto.

Tú me hablaríascon la cordura inherente en ti

y, cual bálsamo eficaz,

tus palabras sanarían mi alma,

pues tus palabras... abuelita,

supieron siempre consolarme:

mi espíritu pasaría

de la inquietud a la calma,

del desaliento a la entereza,

de la desesperación a la esperanza,

de la incredulidad a la fe,

de la tristeza a la ilusión,

del desengaño a la confianza...

Quedaría dulcemente dormida

al arrullo de tus frases hermosas.

¡Si vivieras, abuelita......podría contarte tantas cosas!...