Ya no soy fuerte,
ni deseo serlo.
Ya no quiero contener
mis lágrimas
y están fluyendo
cual cascada cristalina.
Llorando se adormece mi tristeza
Y mi espíritu se fortalece
para poder seguir la vida
con aplomo.
Hoy soy débil,
y no me siento una mujer adulta,
hoy me siento
como una niña desamparada
que se refugia
en el calor de sus lágrimas
para poder apasiguar
su gran tristeza.
¿Por qué lloro?
POR AMOR.
Esta melancolía es eterna
y a veces ya no puedo con ella;
Sin embargo,
dentro de toda mi tristeza
y con toda mi tristeza,
a veces, a pesar de todo, me siento bien.
Aún puedo llorar
Eso indica que, estoy viva!
y mi alma existe
aunque esté dolorida y triste.
No soy fuerte,
y no me avergüenzo
de esta llovizna que mana
de mis ojos;
Porque yo también
tengo derecho
a derrumbarme.
No todo el tiempo se puede estar fuerte.
La melancolía pudo más
que toda mi fortaleza,
pero no importa,
le pediré a Dios
para que me siga dando fuerzas
Y poder seguir siendo fuerte
en los días venideros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario