Mis memorias se impregnan de tu ansiada presencia
como dando una pausa al dolor de tu ausencia.
Es tu paz todavía la que impera en mi alma
transformando la angustia en pétalos de calma.
Tu perfume regresa como una suave brisa
que pasa por mi rostro cuan tímida caricia,
y tus labios aun tibios reviven en los míos
despertando el deseo que se hallaba dormido.
De pronto en el silencio, vaga en la letanía
apareces lozana, tan bella... siempre mía
en la distancia un beso me envías con el viento
y vuelves a la nada, allá... en el firmamento.
La soledad despierta, de su corto letargo
y humedece a mis labios con un sabor amargo
y tu imagen se duerme de nuevo en mi conciencia
dejando de tu vida lo que fuera tu esencia.
El sol cae a lo lejos, la noche está en camino
ya es tiempo de marcharme a seguir mi destino
y otra vez mis memorias reclaman tu presencia
en busca de un alivio... al dolor de tu ausencia.
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