Yo que pensé que en la vida no existía,
que a nadie le importaba si mi alma estaba vacía.
Yo que imaginé que nunca sería feliz,
que si antes sonreía no volvería a sonreír.
Había pensado en la soledad lastimando mi corazón,
yo que anhelaba felicidad y se me negaba esa ilusión.
Pero que alegría haberte encontrado en mi camino,
vos que despejaste mi vida dándole luz a mi destino.
Vos, que sin vergüenzas o temores me entregaste
comprensión y cariño haciéndome olvidar tantos errores...
vos, que fuiste luz en mi vida, que fuiste amanecer en mi alma
devolviéndome la alegría y la calma. Si supieras cuánto te quiero,
si supieras del amor que por vos siento,
que no bastarían las estrellas del cielo o las arenas
de un gran desierto para decirte que mi amor
por vos es más infinito y sincero.
Gracias por darme tu amor y tu cariño,
por darme tranquilidad y llenar mi corazón de alegría,
por hacerme las penas olvidar y estar conmigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario